Cuando cumplí 40 me hice una pregunta

¿Seré una mujer NoMo?

NoMo es un término que nace del inglés Not Mothers, para nombrar a mujeres que no tienen hijos, ya sea por decisión, por circunstancias o porque simplemente no pasó.

Algunas nunca lo desearon.

Otras, como yo, lo pensaban… pero aún no lo tenía muy claro.

Y aunque parezca mentira, todavía en pleno siglo XXI muchas de nosotras tenemos que justificar esa situación.

Porque si estás casada, tienes 40 y no tienes hijos, el mundo te bombardea con preguntas:

> “¿No piensan tener hijos?”

“¿No te preocupa el reloj biológico?”

“¿Quién te va a cuidar cuando seas mayor?”

Y la más hiriente: “Tal vez ya se te pasó el tren”.

Yo crecí con ese sistema de creencias. El de que la felicidad es ser esposa + madre, como si fueran variables matemáticas innegociables. Pero hay fórmulas que no me cerraban en ese entonces .

La felicidad no depende de nuestros roles. Depende de qué tanto nos escuchamos de verdad.

Hoy por hoy soy madre, pero nadie me empujó a serlo. Fue una decisión que nació después de mirar de frente mis propios miedos y creencias. Y cuánto agradezco haberme dado ese permiso, porque la maternidad es tan hermosa como desafiante, y llegó a mi vida en el momento justo, cuando realmente sentí que era para mí.

Si estás pasando por un proceso similar quiero decirte algo:

Lo que los demás opinan no nos define.

No eres egoísta, ni incompleta, ni inmadura por decidir no ser madre.

Solo estas caminando un destino distinto.

Para cerrar, comparto lo que dijeron tres mujeres reales con más de 40 años, al preguntarles sobre la maternidad:

María Paula (40): “Cuidé a mis hermanos desde los 15. Creo que quemé esa etapa antes de tiempo. Hoy quiero vivir para mí.”

Cecilia (40): “Ya no tengo pareja. No es el concepto de familia que quiero. Y no quiero tener un hijo para que se haga cargo de mí después.”

Cristina (49): “Nunca me atrajo la maternidad. Viajar es mi proyecto de vida. Lo decidí con mi esposo y no me arrepiento.”

Ninguna historia es mejor que otra.

Solo distintas.

Y profundamente válidas.

¿Te identificas con alguna de estas historias?